Resulta muy habitual que las personas soliciten préstamos ante un apuro o una necesidad económica, ya sea motivado por un gasto que no se esperaba o porque se quiera poner en marcha algún tipo de proyecto para el que se necesita financiación. Cuando esto sucede, prestamista y prestatario firman un contrato de préstamo, donde se recogen todos los aspectos relacionados con este tipo de operación.
Dado que los plazos de devolución a menudo se alargan en el tiempo, también resulta bastante habitual que la situación financiera del prestatario cambie con los meses o incluso años. Esto puede poner en peligro el pago de la cuota mensual que previamente había acordado con la empresa que le haya prestado el dinero. En ese momento entra en juego el periodo de carencia del préstamo.
¿Qué es el periodo de carencia de los préstamos?
Es el tiempo -que puede ser desde un mes hasta un año o más– en el que, por acuerdo tanto del acreedor como del prestatario, una de las partes queda exenta de cumplir con las obligaciones que ha adquirido mediante la firma del contrato de préstamo. Este término se utiliza tanto en préstamos e hipotecas como en otros casos, como puede ser el de los seguros.
¿Cómo funciona la carencia de un préstamo?
Cuando el prestatario solicita aplicar el periodo de carencia, durante ese tiempo estipulado podrá no abonar la cuota correspondiente o abonar tan solo una parte de la misma.
Es una forma de alargar el tiempo estipulado para devolver el dinero que ha sido prestado, así como los intereses generados en la operación.
Este periodo puede resultar un alivio cuando el deudor atraviesa problemas económicos. Sin embargo, ello le acarreará un coste extra sobre el préstamo, que deberá afrontar más tarde en forma de intereses, y que será más grande cuanto más dure el periodo de carencia.
¿Qué tipos de carencia existen?
Hay dos tipos de carencia: la parcial y la total. Ambas se pueden pedir en cualquier momento.
La carencia parcial es aquella en la que solo se pagan los intereses. Es decir, durante el tiempo que dure la carencia el prestatario no pagará la amortización.
En la total, por el contrario, el prestatario no pagará nada, ni la amortización ni los intereses.
¿Cómo se calcula la carencia de un préstamo?
El cálculo de la carencia de un préstamo dependerá de distintos factores y del tipo de préstamo que se haya realizado. Sin embargo, se pueden dar tres situaciones:
-Cuando no se solicita periodo de carencia del préstamo: cuando el periodo no ha sido solicitado, es decir, cuando es tan solo una previsión, se calcula en base al capital solicitado, el tipo de interés y el número de cuotas en las que se devolverá el préstamo.
-Cuando se solicita periodo de carencia parcial: cuando esto sucede hay que realizar dos cálculos distintos. Por un lado, el de los intereses que se pagarán mientras dure el periodo de carencia y, por otro, el de la cuota que deberá abonarse una vez que la carencia finalice, teniendo en cuenta los mismos factores que en el caso anterior.
-Cuando se solicita un periodo de carencia total: dado que en este caso el prestatario no va a abonar ninguna cuantía durante el periodo de carencia, lo que se debe calcular es la cuota que deberá abonar pasado ese periodo. Una vez más, se tendrán en cuenta los factores del primer punto.